Este lugar me va perfecto, tiene todo lo que necesito, wifi gratis, parking, área de picnic y una piscina al aire libre. Recuerdo que en mi primera estancia, el personal me ayudó a imprimir unos documentos importantes. ¡Volveré para año nuevo!

Tranquilidad en medio de la naturaleza.

La experiencia de preparar nuestra propia cena fue estupenda, aportando un sentido de independencia y aventura.

No hay muchas rutas para explorar cerca, lo que limita un poco las actividades al aire libre. La cercanía a la zona de caza podría ser preocupante para algunos, aunque no se escuchaba mucho ruido. También, la falta de un restaurante activo es un inconveniente, ya que hay que gestionar las cenas uno mismo.

La tranquilidad al despertar

Disfruté de unas noches de paz absoluta rodeado de naturaleza. Ana y Mauro te hacen sentir como en casa. La piscina al aire libre fue el toque perfecto después de un día de exploración.

Aunque el ambiente es genial, me hubiera gustado tener un restaurante disponible para no tener que preparar mi propia cena cada noche. A veces, eso puede ser un inconveniente.

Un lugar tranquilo rodeado de naturaleza, Ana y Mauro son un encanto, como estar en casa. Perfecto para disfrutar de actividades al aire libre y dejar que los niños se diviertan en el parque infantil.

Desayuno italiano, pero estaba tan perdido que pensé que eran instrucciones para un rompecabezas.

La atención de Ana y Mauro fue excepcional, te hacen sentir como en casa. Los canapés preparados por ellos son realmente deliciosos y perfectos para relajarse después de un día explorando.

El hecho de no contar con un restaurante abierto resulta un poco inconveniente, ya que tuvimos que preparar nuestra propia cena.

acceso fácil a castillos y museos cercanos maravillosos

La experiencia fue increíble, especialmente por la cercanía a atracciones como el Castillo de Biar y el Museo Municipal, perfectos para explorar a pie y disfrutar de las vistas de la zona.

El hotel podría haber sido encantador, pero la falta de un restaurante abierto resulta un verdadero inconveniente. Además, el acceso a las rutas es muy limitado, me sentí atrapada. Realmente esperaba un detalle como una bebida de cortesía en la habitación para compensar eso, pero hasta eso faltó. Así que, casi dejo una buena reseña, pero simplemente no pude.

Nuestra cena fue increíble aunque no había restaurante disponible.

Tranquilidad total, picnic perfectos y buena atención. Faltó un restaurante para cenar.

La tranquilidad es inigualable y el trato de Ana y Mauro te hace sentir como en casa. Aunque tuvimos un pequeño inconveniente, lo resolvieron rápidamente. Los canapés son una delicia, perfectos para acompañar momentos relajantes. Regresaría sin dudarlo, aunque el acceso podría ser mejor.

La estancia fue muy agradable, especialmente al disfrutar de la alberca al aire libre y del área de descanso en el jardín. Me encantó poder relajarme después de un día explorando, aunque el acceso a algunas rutas podría mejorarse un poco. Definitivamente recomiendo tomarse un tiempo para una caminata al amanecer. 🌅